Ha pasado
una semana desde que fui a visitar a Elydia últimamente paso mucho tiempo con
Threldor, hemos estado mucho tiempo entrenando juntos y la verdad que en estos
días él es el único capaz de levantarme el ánimo, solo pasando unos minutos con
él es capaz de hacerme feliz todo el día. Me ha enseñado muchas habilidades y,
según él, me queda muy poco para conseguir el vuelo.
Hoy y como
la mayoría de días, iba a salir corriendo al terminar de comer, pero mi padre
quiso anunciarme algo
Tinor:
Amynia, quería comunicarte algo. He estado mirando lo de vuestra boda, quería
que fuera más temprano pero lo más temprano que he podido conseguir fue en
cuatro meses pero es el lugar más bonito de esta región.
Amynia:
papa, es que no entiendes que le odio?, que no quiero casarme con el?
Estaba a
punto de llorar ya no sé cómo decírselo.
Ammbor: pero
dime que te he hecho? Siempre te intento tratar como una princesa.
Amynia: tú
me tratas fatal, solo me tratas bien delante de ellos.
Tinor: Amynia
basta!
No aguante
más me fui corriendo y salí del palacio, fui hacia el bosque. Quería estar con
Threldor, sabía que él me animaría, así que fui corriendo al bosque mientras
las lágrimas caían por mi rostro por primera vez me olvide totalmente de
Frossky y fui hasta la orilla del rio quería estar con él, pero no le veía por
ningún sito, quizás porque era más temprano de lo normal.
Caí al suelo
arrodillada no podía contener las lágrimas. Estuve unos minutos al suelo no
tenía ni fuerzas para levantar mi cabeza hasta que pude sentí la presencia de
alguien detrás de mí.
Threldor:
Amynia?
Amynia:
Threldor! –Me levante y me tire encima de él abrazándolo-.
Threldor:
-se quedó sorprendido por mi reacción- que pasa? –dijo al oírme llorar-.
No le
respondí, no podía.
Threldor:
oye, cálmate.
Intente
calmarme hasta estar más tranquila.
Threldor:
quieres que vayamos a mi casa?
Alze mis
hombros ‘me da igual’, entonces él me abrazo y me llevo volando hasta su casa.
Allí ya estaba mucho más tranquila.
Threldor:
ahora me vas a contar que te ha pasado?
Amynia: si,
tú ya sabes que mi padre quiere casarme con ese idiota al que odio, pues mi
padre me acaba de decir que ya nos vamos a casar en cuatro meses y… -volvían a
caer unas pequeñas lagrimas- yo… yo no quiero casarme con él, me ha intentado
violar varias veces, no me quiere!
Parecía como
si esas palabras le doliesen. La verdad es que Threldor es una persona muy
especial para mí y últimamente tengo unos extraños sentimientos hacia él, seria
amor? No creo, él es mi amigo, además… eso jamás sería posible, mi padre me
encerraría de por vida.
Threldor: lo
siento mucho Amynia, si yo pudiera hacer algo te ayudaría pero estamos en
regiones totalmente opuestas y…
Amynia: lo
sé, solo… solo con que me animes me siento bien.
Threldor: me
alegra oír eso. Me gustaría entrenar contigo hoy pero veo que ni siquiera te
has cambiado la ropa.
Amynia: lo
siento, salí corriendo del palacio, no soportaba estar ni un minuto más allí.
Threldor:
bueno pero estas muy guapa así.
Amynia: -me
sonroje- gracias.
Threldor: tu
pelo se ve mucho más bonito suelto, jaja estas como un tomate.
Amynia:
para… -sonreí- quiero aprender el vuelo.
Threldor:
estas muy empeñada en ello.
Amynia: hace
muchos años que lo estoy deseando.
Threldor:
está bien, ven.
Threldor me
cogió de un brazo, me puso una capa y salimos corriendo de su casa y nos
dirigimos al bosque hasta un lugar seguro donde no nos pudiera descubrir nadie.
Threldor:
bebe esto –dijo sacando una poción de su bolsa-.
Amynia: que
es?
Threldor:
quieres el vuelo o no?
Amynia:
claro que sí.
Threldor:
entonces bebe.
Me lo bebí
con miedo no sabía qué hacía era extraño.
Threldor:
bien ahora…
Él extendió
sus alas en llamas y me cogió a mí se alzó hasta una altura bastante alta,
tenía miedo porque solo llevaba un vestido corto que no me dejaba mucha
movilidad.
Amynia: que
haces? –Con miedo-.
Threldor:
debes confiar en mí, voy a dejarte caer.
Amynia:
que?! Estás loco?!
Threldor:
escúchame, cuando te salgan las alas tu vuela yo voy a ayudarte pero deberás
hacer mucho esfuerzo siendo la primera vez. Entendido?
Amynia:
vale…
Estaba
temblando de miedo, Threldor conto hasta cinco y luego me soltó, pensaba que
iba a morir pero de repente note como las alas salían de mi espalda entonces
hice el mayor esfuerzo posible y conseguí moverlas. Threldor se puso delante de
mí al ver que había conseguido mantenerme en el aire.
Threldor:
perfecto –dijo cogiéndome las manos- ves cómo puedes moverlas?
Amynia: sí,
creo que lo entiendo –muy feliz-.
No me podía
creer que ya tenía el vuelo! Era increíble, estuvimos toda la tarde volando
juntos, mis alas era de hielo y bastante grandes parecían frágiles como el
cristal, eran preciosas y todo gracias a Threldor.
Nos paramos
en el aire flotando.
Amynia:
muchísimas gracias Threldor, no sé cómo agradecértelo, es un sueño hecho
realidad.
Threldor:
yo… quiero decirte algo –me cogió de las manos y se acercó a mi- Amynia… te… te
amo.
Sin dudarlo
se me acerco y me beso en los labios, quede paralizada, no sabía cómo
reaccionar, no entendía nada, Threldor me amaba? Me había besado… Quede toja como un tomate, se separó de mí y
no sabía que decirle, éramos amigos y algo más…
Threldor: lo
siento… será mejor que me vaya, si quieres que nos volvamos a ver vendré
mañana, si no vuelves lo entenderé.
Dicho eso se fue volando hasta su casa. Yo tenía que
irme rápido de allí para que no me descubrieran pero no entendí nada. La verdad
es que no me desagrado su beso, es mejor que cualquiera de Ammbor, creo que al
besarme despertó algo en mí pero no acabo de entender el que, jamás había
sentido esto antes. Estaba dispuesta a volver con él mañana al menos quiero
hablar con él sobre esto, aun que vaya a ser muy incómodo. Ahora entendía su
reacción al decir lo de que me tenía que casar en cuatro meses, supongo que
también fue la peor noticia que podría darle. Espero que mañana pueda salir del
palacio tranquilamente, quiero volver a verle.