Era
el último día de mi castigo, estaba segura de que Threldor vendría a verme como
todos los días pero aun así temo a que le descubran, no quiero que le pase nada
malo me sentiría fatal por ello.
Por
la mañana estaba sola en mi habitación entonces oí u extraño grito que venía de fuera, me dirigí a
la ventana y observe como un dragón sobrevolaba el cielo muy nervioso, después
empezó a acercarse hacia el palacio, no había duda era Frossky, se acercó dónde
estaba yo.
Amynia:
tranquilo, Frossky que pasa?
Frossky
se acercó a mí, llevaba algo encima de su espalda, lo entrego, era un pequeño
dragón que había encontrado. Frossky no sabía cómo cuidar de ese pequeño así
que decidí cuidarlo yo aún que sería una tarea difícil porque tendría que
hacerlo a escondidas. Al llegar la hora de comer llego una criada a mi
habitación i me entrego mi comida, entonces le pedí que me llevara una bolsa
llena de frutas, así lo hizo. Entonces pude alimentar al pequeño dragón, corte
las frutas en pequeños trozos i pudo comer perfectamente, era precioso, le cogí
mucho cariño. Por la tarde espere hasta que llego Threldor.
Threldor:
te eche de menos.
Amynia:
ooh yo más.
Lo
abrace, amo sus abrazos, son tan cálidos que no puedo resistirme a ellos. Después
el dragón, al oír que hablaba con alguien salió de su escondite i salto encima
de la cama.
Threldor:
que es eso?
Amynia:
me lo trajo Frossky, lo encontró solo en el bosque. Es precioso -dije al
cogerlo en brazos-.
Threldor
iba a acariciarlo entonces le soplo su aliento helado.
Threldor:
me odia.
Amynia:
tranquilo es normal, es como si fueras un intruso para él.
Threldor:
que te parece si lo dejas un rato.
Amynia:
está bien.
Threldor
me abrazo contra su cuerpo, podía notar su llama de fuego que daba esas tierna
calidez de sus abrazos, me besaba con una pasión irresistible, le amaba no
había duda. Sus besos, sus caricias, me hacían desconectar del mundo por unos
minutos que parecían eternos, no existía nada más, solo nosotros, es increíble.
Estuvimos dándonos caricias durante mucho tiempo, aunque se me hacía corto, si
pudiera congelar ese momento y que durase eternamente no habría duda lo haría
sin pensármelo. Pero al parecer este mundo está en nuestra contra... Sin
llamar, sin avisar, entro Ammbor. Que podía ser peor?
Ammbor:
Amynia!! -Chillo-.
Amynia:
-me aparte de Threldor- q... que haces aquí? -No sabía cómo reaccionar-.
Ammbor:
tú qué crees?! Eres mi pareja, mi futura esposa! I tu quien... -Observó a
Threldor- no puede ser... Como te atrevas a cruzar las fronteras?!
Threldor:
no me chilles, no estoy sordo.
Ammbor:
i tu idiota, como se te ocurre dejar que te toque?! -Me pego en toda la cara-.
Threldor:
como te atreves?!
Threldor
lanzo una llamarada de fugo desde su mano, Ammbor iba a devolvérsela pero me puse
en medio, tenía que hacer algo.
Amynia:
basta! -Estaba a punto de llorar- Ammbor, no digas nada de esto a nadie por
favor.
Ammbor:
ja-ja que chiste, de verdad crees que no voy a hacerlo? De hecho ahora mismo
voy.
Amynia:
-le detuve- espera! Escucha, te prometo que... que voy a casarme contigo sin
oponerme solo si tu no dices nada de esto.
Threldor
me miro con una cara de decepción horrible, tenía miedo, pero tenía que hacerlo
si quiero salvar a Threldor, Ammbor acepto y desapareció, dejándonos a solas.
Threldor:
porque lo has hecho?
Amynia:
por salvarte a ti.
Threldor:
no tenías que hacerlo, por dios! No quiero que te cases con el!
Amynia:
y crees que yo sí quiero?! –Dije entre lágrimas- le odio más de lo que te
imaginas, pero las cosas son difíciles, no todo saldrá siempre de rosas, lo
hice porque te amo y no soportaría ver como mi padre te humilla delante de toda
la región, o ni si quiera soportaría verte encerrado en una celda por mi culpa.
Threldor:
perdona, gracias…
Amynia:
Threldor será mejor que te vayas por hoy…
Threldor:
no!
Se
lanzó rápidamente a mí intentando contener las lágrimas.
Threldor:
es que no quiero estar lejos de ti, mi casa está vacía, solo se respira la
soledad, solo contigo me siento lleno de energía, te necesito.
Amynia:
lo sé, pero quiero descansar un rato.
Threldor:
descansare contigo, aunque tenga que estar al suelo.
Amynia:
y si vuelve a entrar alguien, Threldor solo quiero protegerte, por favor.
Threldor:
está bien, pero prométeme que mañana nos vemos.
Amynia:
está bien lo prometo, mañana en el bosque.
Threldor:
gracias.
Threldor
se fue me quede sola en mi habitación no quería salir de allí, no quería ver a
Ammbor, no soportaba su presencia y mucho menos ahora. Aun no me creía lo que
había hecho, había prometido mi amor a Ammbor, la persona que más odio del
mundo, entiendo que Threldor se pusiera de esa manera pero que opción tenia?
Para Threldor fue como si hubiese rechazado todo su amor pero él sabe que no es
así, le amo y no sería capaz de amar a otra persona que no fuera él.
Cuando
ya anocheció Isi vino a llamarme para ir a cenar, le dije que no quería de
ninguna manera pero dijo que mi padre me obligaba a ir. Tenía miedo.
Tinor:
Amynia! –Dijo contento, cosa que aún me daba más miedo- Ammbor nos ha contado
todo.
Amynia:
ah… si? –no sabía de qué me estaba hablando-.
Ammbor:
oh vamos Amynia no te avergüences, me has dicho que te casarías conmigo con
mucho gusto, no es así?
No
me lo podía creer tan rápido se lo había dicho a mi padre?! En ese momento le
hubiera cortado la cabeza, haciéndolo sufrir muchísimo me ponía en un apuro, si
decía que era verdad ya no había vuelta atrás la boda seria segura, en cambio sí
me negaba, mi padre buscaría a Threldor por cualquier rincón del mundo hasta
matarlo.
Amynia:
ah… claro, es… verdad –dije muy nerviosa-.
Tinor:
oh! Eso es magnífico, ves es un chico excelente.
Puede
ver la cara que puso mi madre, ella no se lo creía para nada pero tampoco podía
contarle la verdad por muy buena que fuese conmigo.
Ammbor:
espero con ansia nuestra boda, será magnifico, marido y mujer.
Esas
palabras eran como chuchillos metidos en mi corazón, tenía ganas de llorar y
echar a correr lejos, muy lejos, solo con Threldor podía sentirme bien siendo
yo misma sin tener que fingir nada en absoluto. Por qué tenía que haber una
estúpida guerra solo trajo y trae problemas!
En
la cena Ammbor y mi padre no dejaban de querer celebrarlo bebían vino y yo
tenía que fingir felicidad la cual cosa se me daba fatal. Cuando finalmente
pude escapar fui a mi habitación llore mucho, muchísimo, creo que no dormí en
toda esa noche, era terrible.