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domingo, 7 de diciembre de 2014

Capitulo 31 - Los opuestos se atraen

... Con mucho cuidado logramos llegar a mi habitación. Threldor estaba congelado así que se metió en mi cama con algunas mantas.
Amynia: mejor?
Threldor: si, pero i tu padre? Mañana me va a matar.
Amynia: voy a intentar impedírselo.
Threldor: porque tienen que ser tan malvadas algunas personas?
Amynia: no lo se... -una lágrima cayó por mi mejilla- lo siento...
Threldor: no, Amynia, no llores.
Amynia: todo lo que te está pasando es culpa mía...
Threldor: no es verdad! Amynia tú querías sacrificar toda tu vida estar casada con un hombre al cual odias solo por protegerme a mí, te has enfrenado a tu padre solo por mí. Te debo tanto...
Amynia: simplemente te amo, por ti lo daría todo.
Acto seguido nos abrazamos y nos quedamos dormidos en la cama.
Tinor: Amynia!! Abre la puerta -golpeando la puerta-.
Era temprano, sobre las 9 de la mañana, se dio cuenta de que Threldor no estaba en la celda y vino a buscarlo en mi habitación, me asuste y le dije a Threldor que se levantase de la cama rápidamente.
Amynia: que quieres? -asustada-.
Tinor: dame a Threldor!
Me quede paralizada con miedo no sabía qué hacer, hasta que mi padre tumbo la puerta de tantos golpes.
Tinor: -observo la cama- que habéis hacho?
Amynia: nada! tan solo lo protegí -me aparto de su camino y se dirigió a Threldor-.
Tinor: aparte de entrar en mi reino, vienes a mi casa y quitas la virginidad a mi hija?! -furioso-
Amynia: papa! eso no es cierto! -dije casi temblando-.
Tinor: no me vengas ahora con mentidas, esto se acabo, guardias!
Los guardias cogieron a Threldor, le encadenaron los brazos y las piernas, intente con todas mis fuerzas impedirlo pero no pude, mi padre me cogió y me encerró en mi habitación. Iba a ahorcarlo delante de todo el pueblo, no podía quedarme en mi habitación de brazos cruzados así que solo tuve una alternativa, rompí la ventana que también me había cerrado y pude salir volando. Lo más rápido que pude llegue a la plaza donde mi padre estaba humillando a Threldor antes de ahorcarlo, aun que ya tenía la cuerda en el cuello. Baje en medio de la plaza.
Amynia: no lo hagas!
La expresión de mi padre fue de furia, rabia, no lo soportaba.
Tinor: ahorcarle ya!
Amynia: por favor! No!
Threldor: Amynia...  -dijo casi a punto de llorar-.
Mi padre dio la orden y el soldado no se lo pensó dos veces y tiro de la palanca para quitar la tabla que tenia Threldor debajo de sus pies en ese precisos momento una misteriosa flecha atravesó el pecho de mi padre, no sé de donde salió, de hecho nadie lo sabía, cayo de rodilla, sangraba, tenía todo el pecho rojo, sus ojos se pusieron en blanco y cayó muerto en el suelo. La gente empezó a alarmarse tenía miedo, no sabían como reaccionar. Yo estaba paralizada simplemente no sentí ninguna pena al ver mi padre cayendo muerto, simplemente reaccione y me dirigí a Threldor lo más rápido que pude, le corte la cuerda y le salve la vida. Los soldados me miraron en busca de una respuesta, no dije nada. Ayude a Threldor a que se pusiera en pie aun que le costaba respirar. Uno de los soldados me se acerco a mí.
Soldado: princesa su padre...
Amynia: llevadlo a mi madre -sin pena alguna-.
Él obedeció ahora que mi padre no estaba no había nadie que ordenase a matar a Threldor.
Amynia: vámonos a casa, si?
Threldor: gracias, es la segunda vez que me salvas la vida, pero Amynia, tu padre murió, no deberías?...
Amynia: no debo hacer nada, él nunca me quiso como lo haría un padre de verdad, tan solo voy a consolar a mi madre.
Threldor: Amynia, tu madre me va a odiar, será mejor que me vaya.
Amynia: no, prometimos estar siempre juntos bajo toda circunstancia, te acuerdas?
Threldor: si, no voy a fallarte.
Nos fuimos al palacio, nada más entrar oíamos los llantos de mi madre, yo entre primero y enseguida la consolé aun que no derrame ni una lagrima.
Tinarania: hija... que paso? Fue su culpa?
Amynia: qué?! no! Mama te digo la verdad nadie sabe quien fue tan solo alguien le disparo una flecha por detrás y lo mato.
Tinarania: te creo, pero estas bien? no lloras...
Amynia: lo siento mama, pero él jamás me demostró que me quería...
Tinariania: entiendo.
Los guardias se llevaron el cuerpo de mi padre, iban a prepararlo para incinerarlo esa tarde.
Amynia: mama, deja que Threldor se quede.
Tinarania: hija si tú crees que él es tu amor yo nunca voy a impedirte estar con él, ahora vamos a reinar nosotras -dijo entre lagrimas- tan solo se feliz.
Amynia: gracias! -la abrace-.
Dejamos a mi madre solo, lo necesitaba, fuimos a los jardines de detrás.
Threldor: así que estaremos juntos...
Amynia: si, sin tener que escondernos de nada.
Threldor: eres el mayor tesoro de mi vida.
Amynia: ooh, te amo!
Threldor: jamás voy a abandonarte, te promete un amor eterno, incluso te esperare después de la muerte, Amynia, eres mi todo, gracias.
Amynia: Threldor... -lo abrace casi con lagrimas, me emociono mucho oír esas dulces palabras-.
Threldor: -se alejo un poco de mi- tan solo voy a pedirte una simple cosa más -puso un rodilla en el suelo y cogió mi mano- cásate conmigo.
Amynia: ohh Threldor si! si! si! -lo bese como nunca-.

Había quedado algo paralizada al oír esas palabras en verdad no lo esperaba y por supuesto acepte sin dudarlo, es el amor de mi vida, jamás hubiera pensado sentir esto por alguien, jamás hubiera imaginado vivir una amor tan imposible y que saliera bien a pesar de tantas dificultades, jamás hubiera imaginado encontrar al hombre perfecto como era Threldor, y no es que sea perfecto pero es que me enamoran incluso sus defectos. Quiero pasar mi vida a su lado, le amo.