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martes, 10 de marzo de 2015

Capitulo 5 - Nocturnos

-Narra Edgar-
Los rayos de la luz del sol me despiertan, intento abrir los ojos pero la luz me lo dificulta. Intento mover mi cuerpo y el dolor que recorre mi cuerpo aumenta. Consigo abrir los ojos y me veo en el suelo con la cabeza un poco apoyada en la pared. Me viene a la cabeza la escena de esas bestias llevándose a mi hermana a la fuerza, lo último que consigo recordar es que uno de ellos me golpeó y al parecer caí inconsciente. Intento levantarme pero solo consigo quedarme sentado apoyado en la pared, el dolor es inmenso. ¿Dónde están todos? Observó la puerta que seguía rota en el suelo y algunos trozos de los cristales rotos de las ventanas, básicamente todo estaba destrozado. Cuando parece que el dolor ha disminuido un poco me levanto por fin del suelo y me dirijo a la calle. Empiezo a andar por la calle, hay varios cuerpos muertos tirados por el suelo, tanto hombres como mujeres, hay sangre por todas partes, es asqueroso. Llegó por fin en la plaza donde observó a lo lejos a Neko, al parecer ayudaba a unos niños pequeños. Me acerco a él y su cara se llena de sorpresa al verme.
Neko: ¡estás vivo!
Edgar: eso creo... -Algo desanimado-
Neko: habría venido a curarte -dijo mientras observaba mis heridas- pero había tanto trabajo que no sabía por dónde empezar.
Edgar: ¿Dónde está Arwen? ¿La viste?
Neko: Edgar... -algo triste-.
Edgar: ¿La mataron? ¿Es eso? -Pregunte preocupado-
Neko: no lo sé, lo último que vi fueron tres vampiros que la habían cogido y se la llevaban al vampiro noble.
Edgar: entonces, la mato... -Supuse-
Armaros: no.
Apareció a mis espaldas, estaba serio y parecía enfadado. ¿Por qué me sigue a todas partes?
Edgar: ¿Cómo lo sabes? ¿Qué le hiciste? -Empezaba a estar desesperado-.
Armaros: ¡deberías preguntarte más bien que fue lo de que no hiciste tu! -Enfadado- Tu deber era protegerla ¿no es así?
Edgar: ¡me dejaron inconsciente!
Armaros: -se acerco a mi- A mi no me grites.
Baje la mirada al suelo. ¡Joder!
Edgar: -intentando ocultar mi rabia- si tanto la quieres, ¿por qué no la protegiste? ¿Por qué no fuiste tras ella?
Armaros: ¿te crees que no lo hice?
Tiro de su túnica negra de un golpe y la rompió dejándola caer al suelo, quedando solo con unos pantalones negros algo estrechos, aun que no le faltaba mucho para que se le rompiera porqué había cortes por toda la tela. Dejó al descubierto su piel llena de heridas y de algunas de ellas aun salía su sangre. Tenía heridas muy profundas, todas indicaban que habría luchando con varios vampiros. Tendría que haberme tragado esas palabras.
Edgar: ¿Dónde está? -Dije intentando disimular que metí la pata-.
Armaros: tú no puedes ir allí.
Edgar: ¿Por qué? Es mi hermana siempre dices que la proteja, entonces dime donde se la llevó, iré a buscarla ahora mismo.
Armaros: eres patético.
¿Cómo se atreve todo el tiempo a tratarme tan mal? ¿Y luego me pide que le dé a mi hermana? Si, es un ángel guardián, se les debe mucho respeto, pero ¿por qué si él me trata con tan poco?
Edgar: ¡deja de hablarme así!
Armaros: te dije que no me grites.
Edgar: ¿Dónde está Arwen? -Insistí-
Armaros: ni siquiera tienes con que ir.
Edgar: comprare un caballo.
Armaros: cuando llegues ya será muerta.
Moría de rabia, su prepotencia es irritante, ¿Armaros? ¿La pareja de mi hermana? Ni en pintura. Arwen es demasiado buena.
Edgar: ¿y no piensas hacer nada?
Armaros: era tu deber protegerla.
Edgar: ¿y quieres que sea tu pareja?
Armaros: eres patético, voy a buscarla -dijo con superioridad-.
Extendió sus inmensas alas y se disponía a volar pero le detuve.
Edgar: espera!
Armaros: ¿que quieras ahora? -Dijo con muy mal humor-
Edgar: déjame ir contigo.
Armaros: ¿por qué? No resististe un pequeño ataque con la ayuda de los demás guardianes, así que no vas a ayudar mucho.
Neko: entonces déjame ir a mí.
Armaros: iré solo y si te traigo a Arwen de vuelta, vas a decirle que tiene que venir conmigo y que será mi pareja.
Trague saliva. ¡Mierda! Sabían que este momento llegaría, pero ¿tan pronto?
Edgar: vale.
Lo acepte. No sé si será lo más correcto, no sé cómo va a reaccionar Arwen, pero ojalá pueda entender que lo he hecho por un bien. Quiero saber que está bien, lo hago porque quiero protegerla aun que se que lo que vendrá después será lo peor que me puedan hacer, quitarme al único miembro que queda de mi familia.
Armaros: bien -sonríe-.
Extiende sus alas y empieza a volar rápidamente dejando caer algunas plumas negras de sus alas.
Neko: ¿Que fue eso? -pregunto algo alterado-.
Por un momento había olvidado que Neko se encontraba con nosotros durante toda nuestra discusión. No sé como contarle eso o más bien, no sé si debería contárselo, pero es mi amigo y siempre me ha ayudado en todo ¿por qué no debería contarle esto?
Edgar: una promesa.
Neko: ¡¿vas a dar a tu hermana a Armaros?!
Edgar: cómo puedes ver no me queda otra.
Neko: ¿por qué la quiere Armaros?
Más preguntas a las cuales no tengo ánimos ni ganas de responder ahora mismo.
Edgar: supongo que le gusta. Oye Neko, no digas esto a nadie, por favor.
Neko: te lo prometo.

Quiero ir a buscar a mi hermana, pero ¿dónde? ni siquiera sé por dónde empezar a buscar, supongo que está en la mansión de ese vampiro noble, la cual solo algunas personas privilegiadas sabrán donde esta, entre ellas Armaros. Si pudiera ir yo no tendría la obligación de tener que entregarla a mi hermana ahora mismo.



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También la subo en Wattpad: marga_98

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